miércoles, 14 de julio de 2010

Emily Dickinson

Vine a comprar una sonrisa -hoy-


una sola sonrisa -

la más pequeña de tu cara

me agradará lo mismo -

la que nadie echaría de menos

brillaba tan diminuta

estoy rogando en el mostrador -señor-

puede usted comprar -

tengo diamantes -en mis dedos-

¿Sabe usted qué son los diamantes?

¡Tengo rubíes -como la sangre del ocaso-

y un topacio -como una estrella!

¡podría ser buen negocio para un “judío”!

diga -¿puedo hacerlo- señor?






poesia irlandesa

http://www.javiermarias.es/REDONDIANA/elcrepusculocelta.html

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